Cuando a una paciente se le diagnostica cáncer de mama, el impacto emocional para ella y su entorno puede ser devastador. Cada mujer tiene sus características físicas y emocionales y un entorno familiar y social propio, que hacen que cada caso deba tratarse de forma individualizada.
El cirujano plástico, junto al oncólogo y la paciente, deben decidir el momento y la técnica de reconstrucción mamaria adecuada.
Es una decisión a tres bandas, que debe ser consensuada para obtener el mejor resultado funcional y estético posible, ya que no todas las pacientes son aptas para una reconstrucción inmediata o para todas las técnicas.
LA RECONSTRUCCIÓN MAMARIA, EN SU ASPECTO TEMPORAL, PUEDE SER:
Inmediata: cuando se reconstruye la mama en el mismo momento quirúrgico de la extirpación del tumor. Aquí es fundamental la comunicación entre la paciente, el oncólogo y el cirujano plástico.
Diferida: cuando, después del tratamiento oncológico inicial y, tras la curación del cáncer, se procede a la reconstrucción de la mama o mamas afectadas. La paciente y el cirujano plástico estudiarán la mejor técnica quirúrgica para su caso.
EN LO QUE SE REFIERE A TÉCNICAS QUIRÚRGICAS, LAS MÁS ADECUADAS PARA LA RECONSTRUCCIÓN MAMARIA SON:
Reconstrucción con tejidos propios de la paciente: se usa la microcirugía para trasplantar tejido del abdomen (DIEP, SIEA) o nalgas (sGAP, iGAP) de la propia paciente, para crear una mama de forma y textura natural. Es la técnica más fiable y que da mejores resultados. Requiere de un cirujano plástico experto en microcirugía.
Reconstrucción con implante mamario: excepto en casos de mamas muy pequeñas, es necesario la colocación de un expansor donde, después, y en otra intervención posterior, se colocará el implante.
Reconstrucción mixta: con los tejidos propios de la paciente y aumentando, si se requiere, el volumen de la mama con una prótesis o implante mamario.