Las quemaduras provocan una destrucción de los tejidos muy severa, que puede llegar a producir en el paciente y en su entorno familiar y social, un impacto funcional y estético muy importante.
El abordaje terapéutico de la reconstrucción de las secuelas de las quemaduras requiere de un cirujano experimentado que domine todas las técnicas quirúrgicas de la cirugía plástica y que tenga una empatía total y absoluta con el paciente, ya que la relación cirujano-paciente será de por vida.
Los tratamientos que se emplean abarcan desde técnicas simples, como los injertos y colgajos, hasta las técnicas de alta complejidad como la microcirugía, la cirugía regenerativa con células madre, e incluso el trasplante de cara y de extremidades.
Es fundamental, siempre, crear un plan de trabajo donde todas las expectativas y problemas del paciente reciban una respuesta adecuada.